SAFORTEZA, ZAFORTEZA, ZAFORTESA, ZAFORTEA, FORTESA o FORTEZA

En campo de gules, tres flores de lis de oro, puestas dos y una.

De Mallorca y Valencia. La grafía correcta de este linaje mallorquín es Safortesa o Fortesa, que fue usada hasta el siglo XVIII.

Se trata de una de las más antiguas e importantes familias de Mallorca. En 1316 era "jurat" de Palma Pedro Safortesa. Su descendiente, Pedro Safortesa y Colomines, "jurat" por la clase de mercaderes en 1373 y ciudadano en 1382, era señor de los feudos y caballerías de Santa Margarita y Hero y fue conocido con el sobrenombre de "Príncep dels mercaders". Testó en 1395, estableciendo un fideicomiso con gravamen de apellido y armas en favor de su nieto Ramón, segundo hijo de su única hija, Francisca Safortesa y de Marí, la cual casó con el caballero Ramón Burgues y Soriá, jefe de esta familia. Tuvieron dos hijos: Gregorio Burgues y Safortesa, que continuó el linaje de los Burgues de Mallorca, que recayó en los Quint, luego en los Morell y más tarde se refundió (1577) en los Safortesa. Ramón Safortesa, heredero de su abuelo, y por tanto señor de Santa Margarita y Hero. Fue "jurat en cap" del reino de Mallorca en 1405, y en 1415 adquirió las caballerías de Alcudiola, Castellet y Tanca. Casó dos veces, la primera con Blanca Febrer (algunos la apellidan Ferrer), y la segunda con Margarita Uniz (apellidada por algunos Núñez). Hijos: Juan Safortesa y Febrer, que seguirá como tronco de la primera línea. Pedro-Ramón Safortesa y Uniz, tronco de la segunda línea. Casó con una dama de la familia de Lloscós, con la que tuvo a Ramón Safortesa y Lloscós.

Este linaje está documentado en la zona conocida con el nombre de Es Sitjar, en la parte alta de la calle de la Concepción, desde el siglo XIV. Primeramente residieron en una casa que ahora forma parte del convento que dio nombre a la calle, que precisamente cedieron, en la segunda mitad del siglo XVI, para la fundación del convento. En 1558 Pere Antoni Zaforteza y de Serralta adquirió la casa que sería nueva residencia de la familia. A mediados del siglo XVIII fue de Tomás Burgues-Zaforteza y Berga. En el siglo XIX pasó a ser de la rama de los Quint-Zaforteza. Hacia el 1850 fue la sede del Liceo Mallorquín. A finales del siglo XIX, fue vendida por los Zaforteza a Gaspar Alomar y Femenía y durante una época fue conocida con el nombre de Can Alomar. Actualmente es la sede de un colegio de las monjas trinitarias.

Probó su nobleza en la Orden de Calatrava en los años 1617 y 1697, en la de Alcántar en 1637 y en la de Carlos III en 1805.