La iglesia de Santa Eulàlia, situada en la plaza del mismo nombre y de gran tradición en Palma, es con toda seguridad la más antigua de nuestra ciudad, y la segunda en importancia, sólo por detrás de la catedral. Edificada sobre una antigua mezquita, se cree también, que aquí existió un templo paleocristiano anterior a la dominación musulmana. Tras la conquista catalana, en 1230 ya hay documentos que atestiguan de su existencia.

Las obras duraron varios siglos y, con un buen número de reformas, por lo cual en su arquitectura se encuentra una acumulación de estilos. El estilo responde a los prototipos góticos del Reino de Aragón: elementos de gran solidez y poca ornamentación. La fachada principal, de estilo neogótico, fue proyectada por J. M. Sureda i Verí. La construcción de la fachada y su característico campanario rematado en punta, tuvo lugar entre finales del siglo XIX y principios del XX. Hasta 1570 no fue terminada la cubierta del templo, siendo esta en forma de bóveda de crucería. Preside el Portal Mayor (obra de Jaume Blanquer - 1621) la imagen de Santa Eulàlia. Consta de tres naves, particularidad esta que solo comparte con la catedral en toda Mallorca. Dos hileras de columnas separan sus naves (siendo la central la más alta: con 45 metros de largo, 12 de ancho y 23 de altura). El altar mayor, obra de Fray Alberto de Burguny, es de estilo barroco, con siete capillas en la girola. La iglesia tiene dos puertas de acceso, una al final de la escalinata, con un arco apuntado, y una pintura en el tímpano del siglo XV que representa La Anunciación, la otra por la calle Santa Eulàlia, con zaguán cubierto por una bóveda de crucería.

Un elemento curioso en el exterior, es el conjunto de gárgolas que rodean el edificio, así como de los emblemas de los diferentes gremios que aquí tenían capilla y sepultura. Volviendo a su interior, Santa Eulàlia nos ofrece un espacio poco recargado, a pesar de las numerosas capillas laterales de las que dispone. En ellas se guardan verdaderas obras de arte, como un retablo gótico de San Juan Bautista del siglo XV, la Dormición de la Virgen, el retablo de los Catlar, la imagen de la Dolorosa, atribuida a Adrià Ferran y, la legendaria imagen del Sant Crist, que según cuenta la tradición fue traído por Jaume I en la conquista de Mallorca (1229). Numerosos fueron los actos históricos que aquí tuvieron lugar, como el juramento de privilegios y franquicias del Reino de Mallorca, por parte del futuro rey Jaume II en 1256.

La vieja iglesia de Santa Eulàlia, guarda entre sus muros numerosas historias y leyendas acontecidas a través del tiempo. En 1773, fue designada oficialmente por el Obispo de Mallorca, como lugar de asilo para criminales y prófugos, hecho que originó graves desavenencias entre la autoridad civil y la religiosa. Según cuenta una leyenda muy extendida, fue en Santa Eulàlia donde tuvo lugar la famosa conversión de Ramón Llull y, donde cambio su vida libertina por la conversión a la penitencia: “Cuentan que Ramón, sin ninguna clase de miramientos, penetró a caballo en el templo en persecución de una hermosa joven. Acorralada la doncella contra los muros de una capilla, y viendo avanzar hacia ella al disoluto cortesano, abrió de golpe su corpiño y, ante los espantados ojos de Lulio, aparecieron los pechos de la muchacha corroídos por la lepra. Profundamente impresionado, juró allí mismo LLull cambiar de vida y el tiempo y la historia son testigos de que lo cumplió”.

(Gabriel Sabrafín. Leyendas, tradiciones, cuentos fabulosos y otros relatos fantásticos de las Islas).


Enviado por juankar (24.06.2007 19:03)