NOTICIAS RECUPERADAS: esto sucedió el 7 de octubre de 2007.

El tornado que arrasó Mallorca.

El tornado (cap de fibló como llamamos en Mallorca a este tipo de fenómenos) acontecido el jueves 4 de octubre de 2007, y que devastó Palma y otras localidades de nuestra isla, seguramente quedará grabado por muchos años en la retina de todos aquellos que nos tocó vivir semejante experiencia. Sin duda alguna, esta tormenta huracanada es la peor que se recuerda en muchísimos años en nuestra ciudad. Ni los más viejos del lugar decían haber visto algo parecido.

Entre las cinco y media y seis de la tarde, una gigantesca nube negra entró por la bahía cerrando por completo el cielo de Palma. En tan solo unos minutos se hizo de noche. El que relata esta historia, se encontraba en esos momentos en una nave de Son Castelló junto a otros compañeros. Todos nos mirábamos perplejos porque esas nubes, ese color de cielo, no era normal. Y el presagio que todos temíamos se cumplió. Empezó a llover violentamente, y en apenas media hora cayeron 21 litros por metro cuadrado, acompañados por fuertes vientos que llegaron a alcanzar los 109 kilómetros por hora. El tejado de uralita de la nave vibraba y parecía por momentos que se iba a desprender y salir volando. Pronto empezó a verse las consecuencias: farolas que se tambaleaban, carros de basura y hasta algún árbol volando por los aires, mobiliario urbano por doquier, gigantescos amasijos de vallas retorcidas que no se sabía muy bien su procedencia, tejados arrancados, coches volcados, muros caídos, etc.

El paisaje tras la tormenta era caótico, y pronto empezaban a llegar las primeras noticias: miles de árboles arrancados de cuajo, centenares de coches inservibles, zonas anegadas, torres de alta tensión derribadas, y miles de conductores atrapados en gigantescos atascos que dificultaban la actuación de bomberos, policía y ambulancias. Más de 8500 hogares se quedaron sin suministro eléctrico y la cobertura de la telefonía móvil y fija también se vio afectada para causar más intranquilidad entre la ciudadanía. Para colmo de males, el desastre coincidió con la salida de clase de los niños de Palma, lo que causó el pánico entre escolares y madres.

Entre otros daños causados por el tornado cabe destacar el desalojo de 50 pacientes y 15 trabajadores del Hospital Psiquiátrico por una fuga de gas. Son Dureta y Sant Joan de Déu, también tuvieron que trasladar a algunos pacientes. El Polideportivo de Son Moix tuvo que desalojar a 500 personas al desprenderse parte de la cubierta. El Ono Estadi sufrió numerosos desperfectos. El Aeropuerto de Son Sant Joan fue cerrado al tráfico durante media hora y hasta un buque de la compañía Acciona, amarrado en el puerto, se vio obligado a fondear en la bahía para evitar la ruptura de los amarres. Una de las zonas más afectadas ha sido Can Valero, con cuantiosos daños en sus instalaciones industriales y pérdidas millonarias. Pasará mucho tiempo para que todo vuelva a la normalidad.

La Part Forana tampoco se libró del desastre. La tormenta provocó graves daños en Inca y su comarca. El viento afectó al Hospital Comarcal y en el nuevo cuartel de la Guardia Civil, uno de sus muros se desprendió. También se vieron afectadas las localidades de Calvià y Andratx con numerosos daños. En Sóller y Valldemossa se interrumpió el servicio eléctrico. En Selva y Pollença se produjeron graves inundaciones, y en Alcudia se registraron dos “rissagas” en el espacio de cuatro horas, que invadieron el Paseo Marítimo y las tiendas de la primera línea.

Alrededor de unas 200 personas heridas tuvieron que ser atendidas de diversa consideración. El más grave es un vigilante de Son Espases, que se encuentra en estado crítico. Parece un verdadero milagro, que tras el caos, y viendo lo visto, no tengamos que lamentar más desgracias personales.

Sería conveniente, que las autoridades explicaran con un mínimo de decencia porque no se activaron los mecanismos para alertar a la población ante el desastre que se avecinaba. ¿No es posible predecir en pleno siglo XXI con un poco de antelación una catástrofe de esta magnitud? ¿No es posible darse cuenta que un tornado se acerca a las islas? ¿Qué es lo que ha fallado? Por ejemplo y sin ir más lejos, cualquier indicio de “rissaga” en el puerto de Ciutadella, se traduce automáticamente en el cierre del puerto, pese a las molestias que se pueda causar a la población ante una falsa alarma. Y esa tarde terrible, de los que todos nos acordaremos mucho tiempo, Interior tenía motivos más que suficientes para activar todas las alertas posibles.

Según un artículo publicado en la “Última Hora”, dos horas antes de que comenzara la tormenta, en foros de Internet ya se preveía lo que iba a suceder. Dicho artículo dice lo siguiente: “Horas antes de que estallara la tormenta, Internet ya auguraba lo que se avecinaba. Unas dos horas antes de que todo comenzara, el foro de la web cazatormentas.net comenzó a registrar comentarios sobre una “supercélula” en el Mediterráneo. Con imágenes de satélite y fotografías tomadas por foreros en Alicante, saltaron las primeras alarmas: “Me lo parece a mí, ¿o esa supercélula se dirige a Mallorca?”. Unos minutos después, el mismo forero exclama: “¡Brutal lo que se van a comer en Mallorca! Eso puede llevar tornados y mangas bestias”.

Pues a mí personalmente, me parece de República bananera que se enteren antes unos simples aficionados en Alicante, que los responsables de los servicios meteorológicos de Balears. Indignante.

Por otra parte, el ministro de Industria, Joan Clos, ha visitado algunas de las zonas afectadas, y no asegura que Palma sea declarada zona catastrófica. Nos preguntamos qué tiene que ocurrir para que eso sea factible.